Muy bien!! Sé que dije que jueves o lunes pero no me pude resistir a publicar esto en domingo... ¡¡Y aquí está!! ¡¡La siguiente parte de ésta saga!!
Espero la disfruten!!
Espero la disfruten!!
Capítulo 5: “Palabras
Mudas” [Parte II]
El sol ya
se había levantado frente al horizonte. Si se lograba medir con una regla, se
podría decir que sobre el suelo, se alzaba 5 centímetros exactamente. Eso podía
saberlo, sin la necesidad de medirlo, la persona cuyos ojos crisolados absorbían
la luz que desprendía en las primeras horas de la mañana el sol.
Se
encontraba admirando el panorama desde el séptimo piso de aquel gran edificio
lleno de ventanales enormes en el lado principal que daba a la calle. Era un
hospital privado, pero para nada era modesto. Su estructuración apenas era un
poco más reducida que el internado de vampiros, y sin embargo, mucho más
poblado que éste.
En los
pasillos, los zapatos escandalosos de doctores, enfermeras, personal de
limpieza y personas ajenas, hacían eco en todo su recorrido. La fragancia que
desprendían tampoco se quedaba atrás, pues siempre perfumados en innumerables
olores debido a sus pacientes y químicos que usaban para desinfectar, daban al
lugar la típica fachada de lo que era.
Para esos
momentos, el vampiro menor ya estaba acostumbrado a todo aquello, mas no así
las dos personas que lo habían acompañado hasta ese lugar.
Su mano
se deslizó por las telas de la cortina, dejando a ésta caer y cubriendo la
ventana impidiendo a la luz atravesar. Su cabeza se mantenía agachada, no
quería voltear a ver a las dos personas a su espalda, o específicamente, a la
persona que se mantenía callada a un lado de la camilla, totalmente desolado y
admirando la figura postrada sobre la cama.
Cuando se
resignó a alzar la vista, en sus ojos se reflejó la silueta encorvada del
vampiro alto. No se había bañado ni cambiado en varios días. Días en los cuales
había permanecido al lado de Yamada, tomando su mano fuertemente esperando el
momento en el cual recobrara la conciencia.
Su vista
nuevamente se desvió de esa imagen tan deprimente para su corazón. Lo peor del
caso, no era por el hecho de estar preocupado por Yamada, incluso él mismo se
consideró como un egoísta, pero estaba plenamente seguro que Yamada se
compondría. Lo que le dolía era el hecho que hace 4 días, cuando sintió su vida
desfallecer, no fuera Yuto quien había reaccionado con rapidez.
--- HACE
4 DÍAS ---
Nakajima:
-Lo siento… Lo siento… ¡¡YURI!!- El grito desgarrador del vampiro alto, hizo
estremecer el cuerpo pequeño Chinen. Sus ojos nuevamente se abrieron en un
esfuerzo por saber lo que pasaba, y deseando ver la figura del alto golpeando
al demonio. Pero lo que vio, o alcanzó a distinguir, fueron unos cabellos
castaños apenas diferenciados entre la oscuridad y… Unos ojos platinados.
Quien
había intervenido en la pronta muerte del vampiro, había sido Arioka, el
demonio menor. Éste se había escabullido de las garras de Takaki y había usado
una onda de choque para distorsionar su figura, apareciendo luego sobre Yaotome
y golpeándolo por la espalda.
Ni Takaki
ni Yaotome vieron venir eso, quedando más que impresionados por tal acto.
Arioka:
-¡No sean idiotas! ¡No se metan en problemas acá!- reprendió y una vez teniendo
en sus brazos al vampiro menor, dirigió rápidamente su vista hacia el vampiro
aún consciente -¡Vamos! ¡No te quedes ahí! ¡¡YA LÁRGATE!!- gritoneó, viendo de
manera desafiante luego a los otros dos demonios.
Nakajima
saltó ante esa extraña actitud, pero no lo pensó dos veces y, cargando a
Yamada, se acercó finalmente al demonio, pasando por el vampiro menor y
colocándoselo en el hombro. Sus pasos torpes se perdieron a espaldas del
demonio menor.
Yaotome:
-¿Por qué has hecho eso?- fueron las primeras palabras pronunciadas después de
haber permanecido expectante. No pretendía realmente matarlo, sólo asustarlo lo
suficiente, pero tal parece que el demonio menor lo habría creído capaz –No iba
a hacer nada más…-
Arioka:
-Sé que lo ibas a matar… ¿Planeabas meternos en un lío?-
Yaotome:
-… ¿Qué has dicho? Acaso… ¿Estas insinuando que soy un asesino?- abrió los ojos
ante la aseveración del menor.
Arioka:
-Como si no te conociera. Sé hasta dónde puedes llegar… ¿Crees que no sé lo que
se cuenta de ti y de Takaki? ¿A cuántos exactamente han asesinado?-
Yaotome:
-Tú no conoces nuestros motivos… No hables como si nos conocieras-
Arioka:
-¡JA! Como si fuera difícil saberlo… ¿Mujeres? ¿Fama? ¿Diversión? No son muy
diferentes a los imbéciles que nos trajeron a esta prisión.-
Aquello,
de verdad causó un “clic” en Yaotome.
Sus ojos
se abrieron de par en par. Su vista se nubló y un aire de tensión resopló con
furia desde el interior. Su flequillo cubrió sus ojos y sus manos se volvieron
en puños. Su boca mostró sus dientes afilados en un gruñido, lanzándose contra
el menor.
Si el
mayor no hubiese estado presente, probablemente Yaotome hubiese arremetido un
fuerte puñetazo sobre el rostro del menor, pero fue detenido por otra mano que
desvió aquel potente golpe contra su propio pecho, Takaki había intervenido.
Takaki:
¡Bien, bien! Ya me ha dado sueño y sus discusiones me hacen entrar en más
cansancio. Si no quieren que me quede dormido acá afuera y tengan que
arrastrarme a mi celda, será mejor que dejen de discutir cual madre histérica e
hijo malcriado. ¿Nos vamos ya?- sonrió de una forma perezosa.
Daiki por
su parte, había sentido el aire frío del puñetazo, por lo que su shock había
sido algo fuerte, pero no lo suficiente como para ignorar las palabras de yuya,
simplemente asintió muy lentamente sin haber salido por completo de la
impresión. Hikaru, se mantuvo un momento en silencio, con sus ojos cubiertos
por su flequillo.
Takaki:
-Vamos… Hay que descansar- susurró esta vez con una voz más calmada que
perezosa, sosteniendo el puño de Hikaru con suavidad y bajando poco a poco su
mano.
Yaotome
retomó la compostura, más sólo se dio la vuelta y caminó sin pronunciar una
sola palabra, simplemente caminando al frente y atravesando los barrotes.
Takaki:
-Ah~ mañana me golpeará- susurró – Vamos Daiki, todos estamos cansados por hoy,
es hora de dormir- susurró, pero antes de volver a avanzar se detuvo- Se me
olvidaba… -sonrió, girándose de pronto y deteniendo el avanzar del demonio
menor.
Arioka:
-¿Eh? – Apenas reaccionó, viendo el dedo de Takaki acercarse a su frente - ¿Qué?-
Takaki:
-¡Bo!- Dio un golpecito sobre su frente apenas con el pulpejo, causando un
destello minúsculo que hizo al demonio menor perder la conciencia pronto. –No
te voy a dejar escapar de nuevo, ya has causado demasiado revuelo hoy… -sostuvo
el cuerpo del menor entre brazos, llevándolo dentro.
---
El
vampiro alto ya se había cansado de caminar y es que llevar cuestas a dos personas desde el internado de
demonios hasta cerca de la civilización, era bastante cansado; por lo mismo,
tuvo que detenerse a descansar en un lugar seguro, para ser más exactos, cerca
de un camino que conducía a la ciudad.
El cuerpo
del Chinen, lo dejó tendido en una roca cercana, mientras a Yamada lo sostenía entre
brazos intentando evitar que su cuerpo flojo tuviese contacto con el suelo.
Tenía miedo que le llegase a pasar algo peor de lo que estaba.
Para su
suerte, y por primera vez en su vida, se alegró de ver a los guaruras del menor
llegar corriendo y viendo su estado de inconciencia.
Pronto
los subieron al coche y los llevaron a las instalaciones médicas donde el pare
de Chinen era dueño. No tardaron mucho en atenderlos, pues en el transcurso del
viaje Chinen despertó e insistió en atender primero al vampiro mayor. Era su
prioridad después de todo.
--- AHORA
---
Chinen estaba
observando los monitores, esperando a que nada fuera de lo normal sucediera.
Incluso había pedido custodia fuera del cuarto para evitar más improvistos.
Nakajima:
-Chinen… Lo siento- apenas susurró acariciando la mano de Yamada.
El menor
se mantuvo callado, deteniendo todo movimiento y sin girarse a ver al mayor.
Nakajima:
-Ese día… Ese día de verdad… Yo…- no sabía cómo explicarse, o más bien, cómo
excusarse. –Yo tuve miedo…- mantuvo el rostro cabizbajo, avergonzado de
recordar lo que había sucedido. Del cómo se había quedado plantado en el suelo,
observando al demonio a punto de matar a Chinen. – Yamada… Yamada hubiese
actuado de inmediato pero… Yo…-
Chinen:
-No importa…- lo interrumpió, haciendo al alto alzar la vista. –No me importa…
En esos momentos Yamada era la prioridad y yo no supe controlarme. No importa
ya… Yamada, se está recuperando.- susurró, casi sin ánimos de decir aquello.
El alto
simplemente se mantuvo en silencio, apartando la mirada nuevamente y posándola
sobre Yamada. Sus ojos entristecieron. Ver a su amigo así, le partía el alma.
Lo que no
se daba cuenta era que la mirada que recibía de Chinen, era una mucho más
entristecida que la que él mostraba. Apenas el menor podía observar aquello. Le
dolía, demasiado, y no podría soportarlo por mucho tiempo.
Chinen:
-Yuto…- llamó la atención del alto, pero en ningún momento le volteó a ver. –Tú…
- sin embargo, dudó un poco antes de formular la pregunta, tragando un poco de
saliva para que las palabras fluyeran con suavidad. – Tú… Si yo estuviese
perdido… Si yo hubiese sido el perdido… Tú… ¿Tú saldrías a buscarme?- su voz
tembló. Por un momento se arrepintió de haber hecho esa pregunta, pero
necesitaba saberlo.
Nakajima:
-…- no pudo responder enseguida. ¿Que Chinen se encontrara en esa situación?
Era ilógico. Por mucho que lo analizara, Chinen si tendría a alguien que le
buscara. Era más que un niño querido y protegido, si alguien llegase a
raptarlo, no saldría vivo. Lo que para la cabeza de Yuto era una pregunta un
tanto incoherente, para Chinen, era una pregunta tan importante tanto como
pedirle matrimonio a alguien. –Aunque fuese a buscarte, no serviría de nada.- Comenzó
a hablar. – No tendría caso, no necesitarían de mi ayuda. Tu abuelo y tu
familia tendrían prácticamente a toda la ciudad y más de ella buscándote. No
valdría la pena.- Finalmente dijo, luego de haber analizado todas las
posibilidades. Pero no analizó una.
Yuri,
contuvo fuertemente las lágrimas. Su corazón había sido estrujado de la peor
manera con esa confesión. “No valdría la pena” eso significaba que no lo
buscaría por más que esperara por él. Por más que le dijera que lo amaba, que
lo quería, que le gustaba, nunca podría llegar a ser para Yuto nadie
importante.
Chinen:
-Tienes razón- su voz se quebró, girándose y dando la espalda a ambos.
Nakajima:
-¿Estás bien?- Lo preguntó en cuanto notó el cambio repentino en su voz.
Chinen:
-Si… Sólo me dio un poco de frío.- se justificó. –Iré ya a cambiarme, las
clases empezarán dentro de poco. ¿Vuelvo a decir que no podrás ir?-
Nakajima:
-Muchas gracias… Siente que hagas tanto por mí… Por nosotros, Chinen-
Chinen:
-No importa… Lo hago porque te…- Se detuvo. –Porque es lo menos que puedo hacer
por el cachetón… Quiero compensarlo de alguna manera ya que he sido algo brusco
con él.-
Nakajima:
-Yamada estará contento cuando lo sepa.-
Chinen:
-No quiero que me replique luego… -susurra, saliendo de la habitación a prisa.
No dejó que Yuto viera en ningún momento su estado. No, mucho menos ahora, no
se lo permitiría.
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!
ResponderEliminartengo ganas de matar a Yuto!!!... que idiotaaaa~
; ; pobre chinen~~