Ir al contenido principal

Mi loco acosador Capítulo 3 (Part I)

Bueno! desde hace tiempo que tengo este cachito pero no lo había subido... creo que... si lo subo me apuraré más <w<!!! espero les guste *A*!!!
Douzou!!


Capitulo 3: Aquella sensación (Part I)

-A…. A…. ¡Ashu! – estornudó por segunda vez.
-Yuto~ - suspiré.
- L-Lo siendto Yamdada- sorbió con su nariz, lo que me provocó ligero desagrado.
-Yuto… Si no te sientes bien… ¿Qué haces caminando hacia la escuela? –le reproché.
Yuto se encontraba más que mal. Su nariz estaba muy congestionada, apenas y se le entendía al hablar y sus ojos llorosos denotaban lo apagado que estaba. -¿Qué acaso no tienes conciencia o que te pasa? Podrías enfermarte más, o en el peor de los casos, contagiar a los demás con tus virus yutorintezcos que flotan alrededor.- le observé. Se mantuvo callado, caminando a mi lado.
-No tienes remedio~ - dije resignado. Al parecer, por más que le insista en volver no lo hará.
-Yama-chan… Dije que te protegería del acosador, así que no me apartaré de tu lado hasta que estés a salvo- aunque lo dijo con la nariz congestionada, pude entender claramente sus palabras.
Aquellas palabras me conmovieron. Sonreí  inconscientemente, pero no le iba a dar el lujo de que se enterase. Aunque Yuto fuese un idiota con quien compito por  ser el mejor promedio de la escuela, es alguien amable y lo considero un gran amigo. Palabras que no saldrán de mi boca nunca, o al menos en su presencia.
-Yuto~… eres un id…!- pero antes de poder hacer algo, ya había sido raptado.
Cuando me había dado cuenta, me encontraba con las manos sobre mi cabeza, de espaldas a un muro y viendo fijamente aquellos ojos grandes y canela que estaban al frente mío. Mi cuerpo tembló, mil sensaciones atravesaron mi cuerpo en un instante y… Unos labios, seguidos de una lengua húmeda y cálida se apoderaban de mi boca. Mis mejillas enrojecieron, mis pies temblaron y una extraña sensación en mi estómago me estaba provocando… ¿Nauseas?
¡Exacto! Eran nauseas… ¡Nauseas! ¡Ese estúpido chico me había logrado atrapar en un momento vulnerable y no había podido ni auxiliarme de Yuto! Es más, no deseaba que me viera en esta situación en la cual estaba siendo besuqueado por un chico.
-Ahhh~-apenas se separó, me dediqué a respirar lo más profundamente posible que pude.
-¿Me extrañaste?- susurró sobre mi oído, aun pegándome contra el muro.
-Su…-
-¿Su?-
-¡SUÉLTAME!- le empujé con todas las fuerzas de mi cuerpo posible, lo suficiente para moverlo y tirarlo de sentón sobre el suelo, aunque mi vitoria lamentablemente tenía un pequeño fallo.
Debido a que me había impulsado con bastante fuerza del muro, mi cuerpo se vio jalado por el efecto de reacción, haciendo que, al caer él, yo cayera de la misma o de peor manera que él. Ahora, me encontraba viéndole de nuevo a los ojos, pero parecía que lo abrazaba. Mis piernas habían caído en el medio de las suyas, mis manos abrazando su cintura de manera que golpeaban levemente el suelo con las palmas, y mis labios, rozando apenas lo suyos.
Me congelé, y al parecer, él estaba en la misma situación que yo. Su cálido aliento golpeaba con sutileza sobre mi rostro. ¿No podía apartarme? No lo supe en ese instante, si no que reaccioné luego de oír la voz grave y congestionada de Yuto llamándome.
Me separé a prisa, sin dejar de mirarle, le eché una mirada de enojo con el ceño fruncido y me levanté. Me apresuré a regresar al lado de Yuto antes de que descubriese lo que estaba pasando.
-¡Yamada!.... ¡Ya…! –me vio llegar. -¿Dónde te habías metido?-
-L-Lo siento… Estaba… revisando unas cosas… creí que se me había caído… mi… -miré por todos lados- mi lapicero favorito.-
-¿Y lo has encontrado?-
-No…- lo empujé para seguir avanzando, no quería que regresáramos a ese lugar. Él de seguro estaría ahí y me volvería a torturar. -¡Vamos!-
-¿Por qué están tan rojo? –
Me detuve en seco. Era verdad, mis mejillas ardían y mis labios estaban enrojecidos por el beso que ese estúpido me había dado… Mordí mis labios carraspeando los dientes –Por qué corrí y me topé con un árbol malvado de frente… ahora… ¡CAMINA!-
-¿Un árbol? ¡Espera! ¡Yamada!-
-¡Vamos! Se nos hace tarde… ¡A prisa!-
No miré atrás, no iba a dejar que ese chico me viera de esta manera. Yo… Yo… ¿Sonrojado por acciones de ese tipo? ¡JAMÁS! ¡Ni de broma! ¡No lo aceptaré! ¡ES IMPOSIBLE!
Y entre más me gritaba esas palabras en mi cabeza, más me sentía como un idiota que no podía reaccionar en clases.
-¿Yamada-kun?-
La profesora me sacó de mis pensamientos. Seguía repasando una y otra vez la misma escena dentro de mi cabeza. No lo podía creer, simplemente no podía. Pero la profesora no podía entender aquello, ella solo veía que mi vista estaba perdida dentro de un abismo de pensamientos de los cuales no podía simplemente desprenderme.
-¿Eh? ¡Ah!-
-Me alegra que regreses… ¿Me podrías explicar lo que está en el pizarrón?-
Miré el dichoso artefacto, y casi caigo de mi silla. Estaban escritas letras inentendibles, revueltas con números y letras. ¿Clave morse? ¡Esto no era literatura! ¡Era cálculo maldita sea! ¿A quién se le ocurrió revolver letras con números? No era nada inteligente. ¿Segmento A? ¿Arista de la superficie f? ¿Fdx =23? ¡No me servía a mí!
-El… cálculo… es… un conjunto de número y letras que te llevan a una solución determinada como en el pizarrón. Vemos que la línea cuerva, esa, formada por los puntitos, se ponen en conjunto sobre un plano y como consecuencia el resultado es 2- asentí.
Por un momento me sentí el idiota más idiota de todo el mundo. ¿Responder así? Me encogí en mis hombros cuando mis compañeros rieron, viendo la mirada de enojo de la profesora y desviando la mirada apenado a otro lado. ¿Yo? ¿El chico más inteligente de la generación, diciendo estas barbaries? ¡TE MALDIGO ACOSADOR DE MIERDA!
-Si te vuelves a distraer y te descubro, podrás hablar de cálculo fuera del salón por un mes…- me amenazó.
Me senté de nuevo, esperando que no cumpliera su palabra y escribiendo sobre la libreta. No debía distraerme de nuevo. Más porque me había percatado de la mirada dudosa de Yuto sobre mí, además de otra cierta mirada nueva.
-¿No te parece que debes hacer algo? No es bueno que te distraigas tanto-
Escuché la voz del chico que hace poco conocí, girando mi cabeza. Ahora que lo notaba, ya era la hora del almuerzo y Yuto no estaba. Seguramente había ido a la enfermería, o tal vez al baño.
-¿Eso te afecta? No veo el problema de distraerme.-
-Me afecta… No voy a permitir que bajes de calificaciones por un simple enamoramientos- se cruzó de brazos viéndome.
-En…- le miré desconcertado. ¡¿Enamorado?! Como si eso fuera posible. ¡No estaba enamorado!
-E-N-A-M-O-R-A-D-O –me sonrió. Parecía pícaro, y como alguien curioso, si le llegaba a confirmar o negar, no dejaría de molestarme con eso. Daba ese aire de chico molesto.
-¡No estoy enamorado! ¿Quién se enamoraría en esta época? ¡Es el peor error que se podría cometer! Es más… de ser cierto… preferiría matarme antes de caer en ese error tan idiota-
Respiré luego de haber pronunciado todo con un tono de voz altivo, viendo como la mayoría de mis compañeros me dedicaban una mirada de furia, de pena y otros de enojo y desaprobación. Los ignoré, desviando la mirada a otro lado.
-Lo estás… - sonrió y me tomó del hombro- ahora vamos a comer que muero de hambre… señor enamorado…-
-¡Qué no!-
-Yama-chan~~~ muero~~~ -oí la voz de Yuto al entrar al salón.
-¿A dónde fuiste? – le llame, viendo cómo Chinen se alejaba de repente. –Oye… espera…-
-…….. –Yuto se me quedó mirando, luego a Chinen como en una secuencia repetitiva esperando una explicación.
-¿Qué? –me miró, notando que estaba intentando alejarse.
-¿No te agrada Yuto? Por qué huyes…-
-¿Ah?-
-No es eso…- le miró de reojo- es que no quiero contagiarme-
Ambos nos miramos, dirigiéndole una mirada acusadora a Yuto. Luego simplemente comenzamos a reír mientras Yuto se quejaba y daba réplicas sobre nuestro comportamiento.
-Chinen Yuri-
-Nakajima Yuto-
-Yamada Ryosuke- me presenté ya que ellos lo hacían, ganando sus risas.
Al parecer, habíamos ganado un nuevo “amigo”, si así se podría llamar. Aunque, gracias a eso, me había olvidado de lo que hace poco me aquejaba, al menos por instantes.

Comentarios

  1. Chinen sabe~~~
    ENAMORADO >..<
    Daiki tiene ese algo que te hace rendirte ante sus pies *w*
    "me topé con un árbol malvado de frente" jajajaja me encantan sus excusas >..<
    Y la escena fue amorshh~~~ >..<
    ¡Bullying a los virus yutorintezcos que flotan a su alrededor! jajaja Chii luego luego contra Yutti también <3
    Ay... adoro esto XD

    ResponderEliminar
  2. Chinen a partir de ahora será la voz de las lectoras en el fic! xD Ya que ha dicho lo que todas pensamos xD
    Yamada reconozclo de una vez... *3*
    Awww la escena donde los dos se caen... asdafdasfafasdfdaddasasdasdad >________________<
    Claro a Yamada le parecerá raron ser él el que "besa" a Daiki >3<
    ¡Esperaré el siguiente cap! :D

    ResponderEliminar
  3. Waaaa está super interesante!!!! Me está encantando, de verdad *___*! y estoy de acuerdo con todas las demás, chinen realmente sabe ahahahah

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Ai no hana cap 15

Valla, ahora estoy más que feliz, mi hermano y yo nos convertimos en amantes, finalmente, estoy... bien... -“Vamos Ryusei, aun queda un poco del festival...” -n////n “Si ¡!” (Al levantarse se dirigen a la parte de enfrente de la escuela) -“Oh...” -“¿Qué sucede Ryusei?” -“mmm... AHHH~~~ EITA ¡¡¡¡!!!!” -O.o -“EITA ES MI AMIGO Y SE ESTABA PELEANDO CON CAÍN ¡¡!!   LO DEJÉ SOLO” TT-TT

In the dark

CAPÍTULO 1: “ENCUENTROS FORTUITOS” (2 parte) Eran ya las pasadas 3 de la mañana, el pequeño vampiro no conseguía conciliar el sueño, esto no solía pasarle seguido, no era normal que no pudiese dormir a tales horas de la noche. Sabía que algo no concordaba, el lugar estaba bastante silencioso, ni siquiera sus compañeros de habitación hacían el menor ruido... algo no cuadraba... Se levantó para intentar despejarse un poco. Con suma paciencia, se dirigió a la ventana, sintiendo sus pasos ligeros, como si flotase en una especie de nube invisible y trasparente, la noche se tornaba entonces aun más rara. Llegó hasta donde la pequeña ventana dejaba pasar los rayos azulados de la luna de verano, abriéndola con suma delicadeza para hacer el menor ruido posible, y una vez abierta, apoyarse sobre el marco de ésta, relajándose, acomodando su cabeza sobre sus brazos ya cruzados, viendo el vasto bosque que se extendía dentro del internado, siendo interrumpida su visión al ver movilización e